“Simplemente no soy lo suficientemente bueno. Arruino todo. No puedo hacer nada bien.”
En algún momento de tu vida, probablemente usaste esas palabras.
Si bien a muchos de nosotros se nos ha enseñado a no decir cosas desagradables sobre los demás, es posible que no se nos haya enseñado a hablar amablemente sobre nosotros mismos. Pero lo que dices de ti mismo importa. Puede ser la diferencia en lograr o no tu sueños. Puede ser la diferencia en las decisiones que tomas. Y puede afectar en gran medida tu salud mental.
Tus pensamientos dan forma a quién eres, pero tus palabras reflejan y refuerzan lo que piensas.
- Si tienes pensamientos positivos, tus palabras reflejarán esos pensamientos positivos, lo que resultará en palabras positivas. Pero si tienes pensamientos negativos, las palabras que digas tienden a ser negativas, reflejando la forma en que piensas. Debido a que nuestras palabras reflejan nuestros pensamientos, podemos decir qué tan bien lo estamos haciendo con nuestro pensamiento prestando atención a lo que decimos.
- REFUERZO. Cuando dices, “No soy lo suficientemente bueno”, no son solo palabras flotando en la atmósfera. Tus oídos escuchan esas palabras. Tu cerebro procesa esas palabras. En tu corazón, te des cuenta o no, comienzas a interiorizar esas palabras. Tus palabras negativas aumentan la probabilidad de que en realidad NO seas lo suficientemente bueno.
Esto significa que si esperas fracasar en tu trabajo, en tu vida familiar o en tu relación con Dios, es más probable que fracases. Tus palabras aumentan la posibilidad de que tu expectativa se convierta en realidad, lo que resulta en una profecía autocumplida que se hace realidad en parte porque la predijiste y creíste.
Las palabras son poderosas. Proverbios 15:4 dice: “La lengua que brinda alivio es árbol de vida; la lengua insidiosa deprime el espíritu”. Esto es cierto no solo en la forma en que hablamos con los demás, sino también en cómo hablamos de nosotros mismos: nuestro “diálogo interno”. Nuestro diálogo interno puede sanarnos, ayudarnos o herirnos y paralizarnos.
TIPOS DE DIÁLOGO INTERNO NEGATIVO
Personalización. Te culpas a ti mismo por todo. Todo lo malo que sucede es tu culpa. Incluso puedes imaginar algo que aún no ha sucedido y pensar que si sucediera, sería por tu culpa. Ejemplo de personalización: No puedo creer que nuestro ministerio no esté creciendo. Todo es culpa mía. Arruiné todo. Soy un mal líder.
Exageración. Te enfocas en lo negativo e ignoras lo positivo. Exageras el significado de lo negativo e ignoras el potencial de lo positivo. Ejemplo de exageración: Si nuestro ministerio no crece, todos estarán enojados conmigo. Ya no me respetarán. También podría comenzar a buscar un nuevo trabajo.
Catastrofismo. Te imaginas lo peor que podría pasar. Esperas lo peor. No te dejas llevar por la razón o la lógica. Ejemplo de catastrofismo: MI sermón no fue tan malo. Ahí va mi oportunidad de una iglesia más grande. Y sin una iglesia más grande, nunca podré pagar la universidad de mi hijo. He arruinado la vida de mi hijo.
- Piénsalo: Regresa y lee los 3 tipos de diálogo interno negativo nuevamente. Elija uno o reformule el diálogo interno negativo en diálogo interno positivo.
4 NIVELES DE DIÁLOGO INTERNO
Mientras comienzas a escuchar lo que dices sobre ti, observa esos 4 niveles de diálogo interno.
Nivel 1. Aceptación negativa. El diálogo interno más bajo y más dañino es la aceptación negativa. Sucede cuando dices algo malo o negativo sobre ti mismo y aceptas y crees lo negativo que dices. La aceptación negativa siempre obra en tu contra. Infortunadamente, ¡Es el diálogo interno más usado de todos!
Esos son algunos ejemplos de diálogo interno de aceptación negativa:
- “No tengo la energía para…”
- “No podría hacer eso nunca…”
- “No sería bueno en eso…”
- “Soy muy tímido…”
- “Siempre arruino las cosas…”
Esto es lo que sucede: Tu mente escucha y espera tus instrucciones. Y no le importa lo que le digas, “solo escucha y hace lo que dices” Programas el miedo, el recelo y el fracaso cuando dices frases de aceptación negativa sobre ti mismo. El diálogo interno de nivel 1 representa todo, desde tus recelos más simples hasta los peores temores que tienes sobre ti mismo. Este tipo de charla te dice que dudes, cuestiones tus capacidades y aceptes mucho menos que tu increíble potencial dado por Dios. Jueces 6 nos presenta a Gedeón quien era un granjero asustado. Creía que su familia era inferior y que él era el miembro más inferior de su familia. Un día, estaba trillando trigo en secreto, escondiéndose por miedo a los soldados enemigos. El ángel de Dios visitó a Gedeón y lo saludó: “Poderoso soldado, el Señor está contigo!”
Gedeón no se veía a sí mismo como un saldado valiente. No se veía a sí mismo como poderoso de ninguna manera. Su diálogo interno lo tenía convencido de que era un granjero derrotado y asustado. Pero Dios vio el potencial de Gedeón. Dios sabía que era capaz de más de lo que pensaba. Tomó un poco de esfuerzo, pero Gedeón finalmente rechazó sus palabras y creencias negativas y se convirtió en el guerrero que Dios lo llamó a ser.
Así como Dios vio el potencial en Gedeón, Él ve el vasto potencial en ti, ya sea que lo veas o no. Hablar palabras de aceptación negativa disminuye tu capacidad para alcanzar ese potencial.
Nivel 2 – El nivel de reconocimiento y la necesidad de cambiar. El diálogo interno de nivel 2 usa frases como: “necesito”, “debería” o “debería hacerlo”. Este tipo de diálogo interno es perjudicial porque señala un problema o un defecto, pero no crea ninguna solución. Cuando te dices a ti mismo (o a otra persona): “Realmente necesito organizarme más”, ¿qué estás diciendo realmente? Estás diciendo: “Realmente necesito organizarme más… ¡pero no soy organizado!” Cuando completes la oración, es obvio que el mensaje es negativo. De hecho, es realmente un pensamiento de nivel 1 disfrazado.
Cuando crees que deberías hacer algo, pero sabes que no lo estás haciendo, sientes culpa, decepción, desaliento y ansiedad. En Santiago 4:17, la Biblia dice que si una persona sabe lo que debe hacer pero no lo hace, es pecado. Por supuesto, te sientes culpable y angustiado si no estás haciendo lo que sientes que deberías estar haciendo. Si tu diálogo interno se centra en lo que debes hacer pero no haces, estás atrapado en un patrón de pensamiento dañino.
Nivel 3. El nivel de decisión de cambio. El diálogo interno de nivel 3 es el primer nivel de diálogo interno que funciona en tu favor en lugar de en contra. En este nivel reconoces la necesidad de cambiar, pero también tomas la decisión de hacer algo al respecto. El nivel 3 se caracteriza por las palabras “nunca” o “ya no lo hago”. En este nivel, dices cosas como:
- Ya no tengo problema con lidiar con la gente en la escuela
- Nunca como más de lo que debo
- No me enojo cuando me critican
- Ya no pospongo hacer algo si quiere hacerlo.
Es importante decir las palabras en tiempo presente. No es suficiente decir: “Voy a dejar de procrastinar”. En lugar de eso, explícalo como si ya hubieras hecho el cambio: “Ya no procrastino”. Incluso si todavía estás procrastinando, tu cerebro escucha lo que estás diciendo. Tu cerebro eventualmente aceptará lo que escucha con frecuencia, ya sea verdadero o falso, bueno o malo. Si le dices que estás organizado, por ejemplo, tu subconsciente comenzará a organizarte. Considera este diálogo interno como una reprogramación voluntaria de tu mente para que comiences a creer lo que estás diciendo y comiences a actuar en consecuencia.
Romanos 4:17 dice que Dios crea algo de la nada. Él habló y la tierra llegó a existir. Los árboles, los océanos y los animales fueron creados por sus palabras. A lo largo de la Biblia, las palabras habladas por Dios resultaron en un cambio en el mundo y en la vida de las personas.
No eres Dios (obviamente), pero estás hecho a su imagen. Así como las palabras de Dios tienen poder, las palabras que hablas tienen poder. Cambiar tu diálogo interno tiene el poder de cambiarte. Comienza ahora mismo. Elimina las palabras negativas que dices y cree en ti. En cambio, habla palabras vivificantes que te edifiquen, sanen tus heridas y te permitan convertirte en todo lo que Dios quiere que seas.
Nivel 4. El nivel del mejor tu. Este nivel de diálogo interno utiliza declaraciones de “yo soy”. Estas frases comienzan con “yo soy” y siguen con cualquier cosa positiva que quieras. Estos son algunos ejemplos:
- Estoy tranquilo en medio del caos.
- Soy organizado
- Como alimentos saludables
- No tengo miedo
- El miedo no me controla
- Estoy orgulloso de mí mismo
Jesús nos da ejemplos espectaculares del uso de declaraciones de “Yo soy”.
- Yo soy la luz del mundo (Juan8:12).
- Yo soy el pan de vida (Juan 6:35).
- Yo soy la resurrección y la vida (Juan 11:25).
- Yo soy el buen pastor (Juan 10:11).
- Yo soy el camino, la verdad y la vida (Juan 14:6).
Jesús sabía quién era. Habló palabras de poder que lo movieron hacia su destino como salvador del mundo. Jesús nunca dijo: “Soy un perdedor”. Nunca dijo: “No puedo hacerlo”. Sus palabras sobre sí mismo nunca fueron negativas. Siempre fueron positivas. Él es nuestro ejemplo. Las palabras que hables de ti mismo deben ser positivas y llenas de esperanza y entusiasmo. Recuerda, incluso en una situación que puede no ser positiva, aún puedes usar palabras positivas en esa situación.
Este es un ejemplo de dos formas diferentes de hablar sobre la misma situación:
NEGATIVA: “Realmente me equivoqué hoy. Quiero decir, ¡me equivoqué! No puedo hacer nada bien. ¿Por qué hice esto? Soy tan tonto”.
POSITIVA: “Me equivoqué hoy, pero aprendí de ello. Sé lo que hice mal y puedo hacerlo mejor la siguiente. Soy inteligente y capaz y esto no me vencerá”.
¡Qué diferencia!
Está bien darse un poco de gracia. Si tu mejor amigo se equivocara, probablemente le ofrecerías consuelo y le darías algo de gracia y aliento. Pero cuando eres tú quien se equivocó, puedes decirte cosas a ti mismo que nunca le dirías a tu amigo o incluso a tu enemigo. Por eso es tan importante monitorear las palabras que hablas sobre ti mismo. Sé tan amable contigo mismo como los erías contigo mismo con tu mejor amigo.
Aún mejor, aprende a verte de la forma que Dios te ve; único, amado, perdonado y creado para un propósito.
El diálogo interno fuerte te recuerda quién eres. Si no estás seguro, Dios dice que:
- Eres único (Salmo 139:13).
- Ere amado (Jeremías 31:3)
- Eres precioso (1 Corintios 6:20).
- Eres fuerte (Salmo 18:35).
- Eres creado con un propósito (Jeremías 29:11).
- Eres importante (1 Pedro 2:9).
- Eres hermoso (Salmo 45:11).
- Eres perdonado (Salmo 103:12).
- Eres hijo de Dios (Efesios 2:19).
Es una muy mala idea discutir con Dios sobre quién eres. Él te creó y tiene un propósito y plan para tu vida. En lugar de hablar negativamente sobre ti mismo, comienza a estar de acuerdo con quién Dios dice que eres.
¿Cómo aplico esto a mi vida?
El diálogo interno positivo mejora tu salud y reduce el estrés. Las personas con diálogo interno positivo tienen un sistema inmunológico más saludable, menos dolor, mejor salud cardiovascular, mejor salud mental y una mayor esperanza de vida.
Si no es tu instinto natural, entonces el diálogo interno positivo requerirá práctica. Si generalmente eres pesimista, puedes aprender a cambiar tu diálogo interno para que sea más alentador y edificante. Pero formar un nuevo hábito lleva tiempo y esfuerzo. Con el tiempo tus patrones de pensamiento pueden cambiar. El diálogo interno positivo puede convertirse en la norma. Estos consejos pueden ayudarte:
- Identifica las trampas negativas del diálogo interno. Ciertas situaciones pueden aumentar tu duda y conducir a más diálogo interno negativo. Los eventos sociales o hablar en público, por ejemplo, puede ser difícil para ti. Identificar qué promueve el diálogo interno negativo puede ayudarte a anticipar y a prepararte.
- Revisa tus sentimientos. Para durante eventos o días malos y evalúa tu diálogo interno. ¿Se está volviendo negativo? ¿Cómo puedes cambiarlo?
- Encuentra el humor. La risa puede ayudar a aliviar el estrés y la tensión. Cuando necesites un impulso para el diálogo interno positivo, encuentra formas de reírte, como ver videos divertidos.
- Rodéate de personas positivas. Ya sea que lo notes o no, puedes absorber la perspectiva y las emociones de las personas que te rodean. Esto incluye lo negativo y lo positivo, así que elige personas positivas cuando puedas.
- Date afirmaciones positivas. Algunas veces, ver palabras positivas o imágenes inspiradoras puede ser suficiente para redireccionar tus pensamientos. 4
Para muchas personas, el diálogo interno positivo no sucede instantáneamente. Es como cuando se toca el piano. Para algunos es natural y para otros requiere entrenamiento y práctica. Debes estar preparado para volver a caer en tu antiguo diálogo interno negativo. Está bien, solamente sigue practicando hasta que veas que la mayor parte de tu diálogo interno es positivo y sano en lugar de ser negativo y dañino.
Las palabras que hablas sobre ti mismo determinan la persona en la que te convertirás.